El aumento de la temperatura y la humedad son factores clave para la proliferación de plagas de la primavera. Tanto insectos de todo tipo como roedores salen de su letargo invernal y comienzan a reproducirse sin descanso.
Cada año, debido al aumento de la temperatura global, este proceso se adelanta cada vez más con inviernos más suaves y veranos cada vez más largos, amenazando con relegar a la primavera y el otoño a unas pocas semanas.
Plagas de la primavera más comunes
Veamos más detenidamente qué plagas podemos encontrarnos en la estación primaveral, las señales para identificarlas y qué puedes hacer para prevenir una invasión de invitados indeseados.

¿Cuál es la mejor forma de evitar las plagas?
Aunque ante el ojo humano pueda parecer que está limpio, los insectos se alimentan de partículas muy pequeñas, por lo que conviene realizar limpiezas profundas, sobre todo en las zonas donde se almacena comida o hay acumulación de restos.
Almacena adecuadamente los alimentos en recipientes herméticos y evita dejar comida al descubierto.
Asegurarse que no haya grietas y agujeros en paredes, suelos o techos, ya que por pequeño que parezca, cualquier obertura es un acceso para los pequeños invasores.
Los jardines, ya sea en balcones o terrazas, son el lugar favorito para los insectos, que además de encontrar un lugar donde protegerse, se alimentan de tus plantas. Revisa que la flora no presente agujeros o zonas muertas y aplica tratamientos preventivos.
Pequeños excrementos o mudas de piel son el mayor indicativo de que tienes inquilinos indeseados. Ante cualquier plaga de la primavera que se presente, es fundamental actuar con rapidez.
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